Superman, aquel héroe de papel que Joe Schuster (dibujante canadiense-americano) y Jerry Siegel (escritor estadounidense) crearon allá por los años 1930s, llegó a las grandes masas en 1978 gracias a la Warner Brothers y la cinta de cine dirigida por Richard Donner. De un personaje de identidad extraterrestre, se hizo un ícono americano, que se exportó a todo el mundo. Extraña combinación que no guarda relación con la síntesis de Superman, tal como lo crearon sus mentores. Cómo llegó a ello:
Al respecto, Siegel comentó que «si estás interesado en lo que hizo a Superman lo que es, he aquí una de las claves que lo hizo universalmente aceptable. Joe y yo teníamos algunas inhibiciones... que nos llevaron a "cumplir nuestros deseos" expresándolos a través de nuestro interés en la ciencia ficción y nuestra tira de cómics... Schuster apoyó esa misma idea afirmando que ese es «el porqué mucha gente puede relacionarse con el concepto». - Wikipedia
Clarke observaba que los personajes de cómics debían mantenerse evolucionando continuamente para mantener su relevancia y así representar el ánimo actual de la nación. Según él, el personaje de Superman en los principios de la década de 1970 era un comentario acerca del mundo moderno, un lugar en el cual «sólo un hombre con superpoderes puede sobrevivir y prosperar.»" - Wikipedia
Dura realidad de los 70s y 80s. En medio de la guerra fría, solo se vivía con un miedo a la guerra total, o en su defecto con la convicción de estar trabajando en el lado correcto (USA y las potencias occidentales o URSS, Cuba y China), sea como simple obrero o como espía dentro de su respectivo sistema. Las naciones "neutras", como mi país Ecuador, necesariamente estaban obligadas a cortar relaciones con su par afin, en nuestro caso Cuba.
Superman tuvo éxito general porque en momentos de dificultad reforzaba la idea de que había alguien que sostenía el orden (law enforcement), que siempre hablaba con su padre (como cierto personaje de la Biblia), y que superaba en fuerza a todos y ganaba la batalla sobrevolando todo con los brazos alzados.
Así Superman se me viene a parecer a : Moisés. Era obvio: Schuster y Siegel, ambos judíos, exteriorizaron así al héroe nacional judío tradicional.
La bipolaridad que Superman como ente perfecto no tiene, la encuentras en su enemigo: Lex Luthor. Y es justamente Lex Luthor lo que como seres humanos comunes y corrientes nos queda a la talla, si queremos tomar el camino de las "super acciones". Al no tener los poderes de Superman, Lex Luthor comete miles de crímenes para estar al nivel, sin importar atropellar a quien se encuentre por delante.
La bipolaridad que Superman como ente perfecto no tiene, la encuentras en su enemigo: Lex Luthor. Y es justamente Lex Luthor lo que como seres humanos comunes y corrientes nos queda a la talla, si queremos tomar el camino de las "super acciones". Al no tener los poderes de Superman, Lex Luthor comete miles de crímenes para estar al nivel, sin importar atropellar a quien se encuentre por delante.
Pero Superman se convirtió poco a poco en una apropiación de los EEUU y el capitalismo. Su marca fue explotada a lo grande. Las miniseries de TV deformaron paulatinamente el personaje, con tonos y matices superfluos e innecesarios.
Después que Superman hubiera interiorizado lo americano, su cultura y hasta sus colores emblemáticos, fue violado o por lo menos utilizado: pasó a formar parte de la máquina de hacer dinero, se volvió vergonzoso y hasta esquivo. Tal vez por eso en la última entrega cinematográfica Superman se rebela, se aísla de la fuerza militar, es puesto bajo grilletes y es dudado en su lealtad. Un punto a favor de los guionistas que vieron bien la línea que limita al gobierno y el individuo.
El héroe que según algunos analistas literarios, incorpora sus superpoderes (su herencia) en pos del ideal de orden y justicia, o sea insertándose en la sociedad, representa en cierta forma al inmigrante (y recordémoslo, América entera está llena de inmigrantes). Aquel inmigrante que en estos momentos es rechazado si viene de países sospechados como dañinos por la administración gubernamental estadounidense, y que también ha servido y contribuido al desarrollo. Siegel y Schuster son un ejemplo de entre tantos.
Emblema de Superman en Smallville, la miniserie de TV |
Después que Superman hubiera interiorizado lo americano, su cultura y hasta sus colores emblemáticos, fue violado o por lo menos utilizado: pasó a formar parte de la máquina de hacer dinero, se volvió vergonzoso y hasta esquivo. Tal vez por eso en la última entrega cinematográfica Superman se rebela, se aísla de la fuerza militar, es puesto bajo grilletes y es dudado en su lealtad. Un punto a favor de los guionistas que vieron bien la línea que limita al gobierno y el individuo.
El héroe que según algunos analistas literarios, incorpora sus superpoderes (su herencia) en pos del ideal de orden y justicia, o sea insertándose en la sociedad, representa en cierta forma al inmigrante (y recordémoslo, América entera está llena de inmigrantes). Aquel inmigrante que en estos momentos es rechazado si viene de países sospechados como dañinos por la administración gubernamental estadounidense, y que también ha servido y contribuido al desarrollo. Siegel y Schuster son un ejemplo de entre tantos.
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