lunes, 15 de febrero de 2021

Pobre-Tín, pobre-tón: la libertad de expresión y el insulto en la caricatura del Ecuador

Un caricaturista de Ecuador llamado Bonil en 2014 hizo un comentario gráfico (caricatura) que se publicó en el diario El Universo, el de más grande circulación del país. Allí comentaba el hecho sucedido en la Asamblea unos días atrás: el asambleísta "Tín" Delgado (exfutbolista) no pudo leer bien en público un discurso. Los grupos afro y el futbolista le pusieron al dibujante una denuncia por discriminación racial y socioeconómica y al final un juez ordenó que pida disculpas.

Según Bonil, su punto no era tanto lo racial, sino el sueldo que se puede ganar como asambleísta, llegando al cargo sin preparación. Aun así a Bonil los demandantes lo clavaron. Tenían también a Rafael Correa de su lado, gran opositor de Bonil.

Comunicacionalmente, el problema fue más que solo el uso del juego de palabras "pobre-tín" y "pobre-tón". Pobretón en el uso coloquial señala a alguien económicamente y socialmente decaído, algo que la comunidad afro ha sufrido históricamente. Se usa para decir pobre, pero de forma despectiva. Todo se confabuló para que no hubiera manera de tocar el tema sin que alguien se ofenda. Sorprendentemente muchos sintieron simpatía por Delgado y el grado de educación que debe haber recibido en su comunidad del Chota, una comunidad afro reconocidamente pobre de la Sierra ecuatoriana. Lo picante del comentario tocó algo sensible.

El chiste hecho y contado, fue gracioso para los que captan la rima;  también fue agridulce para los que no gozan de un sueldo como el asambleísta y están quizás mejor preparados universitariamente. Pero fue amargo para el señor Delgado. Muy amargo. Es conocida realidad que aun muchos ecuatorianos se refieren despectivamente a la gente afro, por su nivel económico, educativo y social. Una realidad que el gobierno de Rafael Correa quiso maquillar y adecentar (esto le ganó puntos frente al electorado más popular y menos educado), pero de una manera que, a criterio de algunos opositores, pisoteó lo que llaman la meritocracia.

La cuestión es muy debatible, pues Delgado sí hizo méritos de talla mundial, en el área deportiva. ¿Pero estaría preparado para un puesto político de asambleísta? Faltaría un análisis más profundo de su curriculum para dar un veredicto mejor informado y sustentado.

Vale también destacar que enlistar a figuras populares de la TV, influencers de redes sociales y figuras del deporte en sus filas políticas ha sido una costumbre populista de muchos partidos, cada vez más utilizada desde que la democracia regresó al Ecuador, en 1978. Esta costumbre hoy es vista con mayor desagrado ya que no busca propuestas políticas profundas sino solo apariencias y emociones. Aún así el partido del expresidente Correa, Alianza País, no desaprovechó esta táctica para lograr un puesto más en la asamblea en 2013. Igual a otros partidos que han hecho repetidamente lo mismo.