lunes, 24 de abril de 2017

Artes arquitectónicos - técnicas tradicionales

Los pasados 6 meses he cursado un semestre de arquitectura. Así he debido retomar las técnicas tradicionales de representación visual, como el lápiz, carboncillo, lápiz de color, acuarela, plumilla y técnica mixta.

acuarela


plumilla


lápiz de color


técnica mixta





jueves, 6 de abril de 2017

La huella de Chespirito

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Desde mucho tiempo atrás Chespirito llenó las salas de hogares con risas. Al ver que el impacto de su obra era positiva en el/la espectador/a, me llegó a entusiasmar por lo audiovisual. Su obra además de ser entretenida, tenía éxito.

Ahondando un poco vimos que atrás de este éxito y este entretenimiento de su programa de televisión, llegué a entender que la psicología sería útil para ello, pero no la única herramienta.
Y bueno, descubrí que Chespirito obtuvo su nombre artístico de un director teatral llamado Agustín P. Delgado, debido a su afición a escribir guiones y personajes al estilo dramático de Shakespeare, cuyo nombre, pronunciado a la castellana, y en diminutivo, sería CHEKSPIR. Luego salió CHESPIRITO.


Y el nombre le calza: Chespirito, sus personajes son en su mayoría tragicómicos. Son incompletos, e imperfectos. Su imperfección es justamente lo que los hace enternecedores y agradables. Les pido me sigan en esta descripción amoral, que más abajo desarrollaré:

  • El Chavo: no tiene padres, siempre tiene hambre, rompe todo y hace cagadas (disculpen la expresión). Es el huérfano de la calle.
  • Don Ramón: no tiene esposa, es muy rabioso, no trabaja; Es el soltero desempleado
  • Doña Clotilde: no tiene enamorado, es fea, siempre anda persiguiendo el amor de don Ramón; Es la señora fea del barrio;
  • Doña Florinda: es viuda, mima demasiado a su hijo Quico, está tontamente enamorada del profesor Jirafales, y es la más moralista de todos sus personajes; es la señora digna del barrio;
  • El profesor Jirafales: el más sabiondo de todos, estoico, solitario y moralista; es el hombre que se cree ideal;
  • Señor Barriga: no tiene esposa, para vivir solo se sabe que cobra renta, es muy gordo; es el hombre rentista y pujante de clase media alta;
  • Quico: es muy presumido, envidioso, llorón, no tiene padre; es el niño odioso del barrio;
  • La Chilindrina: es muy vivaracha, llorona, cepillo (aduladora) y no tiene madre; es la niña lista del barrio.

Y así todos los personajes tienen defectos. No existe en el Chavo ni una relación completa, a excepción tal vez por los 30 segundos en que doña Florinda y el Profesor Jirafales se ven.

¿Por qué esta vertiente de Chespirito de escribir estos personajes tragicómicos? No lo sé, no soy psicólogo y no conozco la vida de Roberto Gómez Bolaños a profundidad, como para especular al respecto. Los personajes tragicómicos son en el teatro casi siempre los más enternecedores, los que conmueven y educan a la vez.

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Chespirito: cállate y toma mi dinero

Pero los programas de Chespirito han sido una de las tendencias más perdurables de América Latina, aun lleno de mexicanismos, llegando a ser televisados por más de 40 años, haciendo de Televisa uno de los canales con más rating y más conocidos fuera de México.

Sus shows tienen muy poco moralismo (a excepción de doña Florinda, y el profesor Jirafales que como dijimos antes, son los personajes más moralistas), y casi se podrían considerar amorales, jugando infantilmente (a veces muy fuerte) con los prejuicios como la gordura, la fealdad, los golpes, la ignorancia y, muy abiertamente, la pobreza. El juego y la vida sin preocupaciones (casi siempre es el mismo esquema, el mismo escenario, el mismo día a día) de la vecindad es el tema principal y episódico (con la excepción de los conocidos capítulos especiales, como cuando la vecindad viaja a Acapulco, entre otros). Tal como la tragicomedia de Shakespeare, la vida de todos los días.

Este hecho de presentar estos prejuicios de manera amoral hacen sentir un poco la indefensión de estos personajes fuera de la pantalla. Quisiéramos proteger a un Chavo real de la calle, evitar que una doña Florinda cachetee a un don Ramón, o darle trabajo a uno como este último. El público a veces quiere reír, pero también quiere enojarse. Una cierta tristeza se apodera de uno cada vez que piensa más seriamente en el Chavo. Y es que el Chavo no es un niño normal. Aparte de ser pobre, el Chavo NO TIENE NOMBRE. Una grave situación en el mundo postmoderno: una falta a los derechos de los niños, que se repite además en el no tener padres. Por eso las circunstancias hipotéticas del Chavo tienen un tinte un poco oscuro: aparte de aparentemente no tener nombre (que sí lo tiene), el Chavo vive con una abuela (en la casa 8, por eso su nombre) que, según ciertas fuentes, lo maltrataba y por eso siempre pasaba afuera en la calle. Esto se reveló en las noticias, junto con el nombre verdadero del Chavo: "Espirisberto".

Chespirito nos dejó la marca de lo tragicómico muy fuerte en la psiquis del latinoamericano. No, no es una escuela para la vida, pero entretiene, nos deja escapar, crea una casilla vacía para poder reirnos en sociedad (basta recordar las veces que dijimos "fue sin querer queriendo" en la vida diaria), y, sin darnos cuenta, crea criterios estéticos dentro de lo latinoamericano. Sin embargo estos criterios, en mi entender son muy poco plásticos, muy poco moldeables. Los personajes son muy planos, a excepción del Chavo, el más complejo de todos, que ocasionalmente nos sorprende con algún dato o comentario revelador y asombroso acerca de él mismo. Los personajes son como Chespirito, muy ideales en su no idealidad. A veces parecieran tallados en la roca. O mejor dicho tallados en el guión. Al final no consigue mucho más que entretener un buen rato. Una pena, porque Latinoamérica necesita algo que tome la pauta de Chespirito: educando, haciendo reir, y formando con criterios estéticos, válidos, contemporáneos y - tal vez sería mucho pedir - universales.

miércoles, 5 de abril de 2017

Paziaud - Nepsen Energie

En 2006 la empresa Paziaud, una consultora francesa de ingenieros para el ahorro de energía en industrias, me buscó mientras yo vivía en Alemania, por intermedio de un amigo, para que le realice el diseño de su marca. Once años han pasado y la empresa se ha expandido hasta llamarse ahora NEPSEN, pero Paziaud sigue siendo una rama de la misma y ha cedido el logotipo a la marca madre, que ahora es NEPSEN. El logotipo ha sufrido pequeñas modificaciones menores, siendo aún básicamente el mismo diseño que se le propuso.




Dado que el diseño se realizó estando de viaje en Francia, los archivos originales se han perdido, y solo existen las imágenes tomadas de la web.

sábado, 1 de abril de 2017

Mercado, productos y civilización. Algo de economía vista en el caso Ecuador

Soy diseñador gráfico, pero sigo muy de cerca los movimientos del mercado, de los productos y también de la economía. Me ha costado entender, ya que por mi formación, estos no han sido mis temas de estudio.
Por eso, me estoy aventurando con este escrito.
Todo empezó por este vídeo del expresidente Pepe Mujica, acerca del mercado, la vida, y la especie humana (créditos al sitio Spanish Revolution en Facebook).


El mercado permea todos los entornos civilizados. Abrimos la refrigeradora y está llena del mercado. Toda nuestra casa está llena de cosas que hemos comprado en un mercado o tienda (me tomo aquí la libertad de abrir semánticamente el término mercado a sus múltiples facetas).
El problema es que dejamos que el mercado rija la seguridad de nuestras vidas. El mercado y la seguridad no son dos cosas que vayan normalmente de la mano en la vida de un ser humano, pero con la subida del poder capitalista (ese que deja que el mercado se controle solo), y de la mano del poder militar (que da la seguridad para poder desarrollar otras cosas, otros productos, y ahí entra el diseño, en lo cual me especializo) le da alas al mercado para hacer lo que hacen los grandes poderes capitalistas, imponer sus precios, sus productos, y sus condiciones.
¿Por qué en un país un producto cuesta más que en otros el mismo producto? Por el valor de la tierra, de los bienes raíces. Es decir por la infraestructura y por el poder militar (seguridad) de ese país. Vender bienes, productos está bien, pero jugar bajo las condiciones de otros países es difícil, el desarrollo va muy lento. Es el caso de Ecuador, con los créditos que le otorgaban instituciones financieras mundiales. Los precios, la inflación y sobre todo la devaluación de la moneda Sucre lo llevó a la crisis más grande de su historia, perdiéndola y sustituyéndola por el dólar estadounidense.
Hay que mirar lo que Rafael Correa, presidente saliente del Ecuador, ha logrado en 10 años. ¿Por qué logró tanto desarrollo? Porque no se dejó imponer las reglas del mercado extranjero. Incluso sin moneda propia. ¿Cómo lo hizo? Desarrolló la INFRAESTRUCTURA, infra quiere decir por debajo de la tierra. Es decir las bases: salud, educación, seguridad alimentaria. ¿Y con eso qué logró? Logró que el valor de la tierra en Ecuador mejore. Ahora hay norteamericanos que quieren vivir en Ecuador. No tenemos una potencia militar que nos dé la seguridad que tiene EEUU. (ojo la palabra correcta no es, en el caso de EEUU, realmente "seguridad", sino "protección", porque EEUU es el país más protegido del mundo, pero eso no significa que sea el más seguro), pero tenemos que luchar porque el mercado mundial y las potencias capitalistas (el pez más grande), no nos traguen. Esa es la razón de las alianzas que Venezuela y Ecuador, y otros países de América Latina han logrado establecer.
La idea del precio justo se debe acomodar tanto a los recursos que gastamos en producir tal producto como en el uso final del mismo. Es decir, debemos implementar tarifas distintas para distintos tipos de clientes. Es difícil implementar esto a productos claves como el petróleo, del cual las grandes potencias hacen tanto uso, pero tenemos que empezar.
También como consumidores tenemos que aprender que no siempre comprarle al que tiene el precio más bajo es lo mejor. En esto cae lo que conocemos como regateo. Hay que comprar al precio justo. Y hay que vender al precio justo, es decir no regalar el trabajo.
La civilización creó al mercado, sería muy trágico que la civilización termine dominada por su propio instrumento.